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Todas las noticias en relacion al mundo del gimnasio y de la salud estarán en está sección.
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Los veinteañeros salvan la temporada de verano en los gimnasios
En plena época de vacaciones, el público joven se convierte en el motor de actividad en centros fitness, aunque la falta de constancia sigue siendo su punto débil.
Julio y agosto suelen ser los meses más flojos para los gimnasios: las playas, las terrazas y las escapadas veraniegas vacían las salas de entrenamiento. Sin embargo, este año, varios centros de Vigo han encontrado un salvavidas inesperado: los veinteañeros. Con más tiempo libre durante el verano —especialmente los estudiantes universitarios—, muchos han decidido dedicar parte de sus vacaciones a entrenar y mejorar su forma física.
“El cambio ha sido notable. Antes, en agosto casi no había movimiento, ahora las mañanas están llenas de caras nuevas, la mayoría de menos de 25 años”, explica Marta Fernández, gerente de un gimnasio del centro de la ciudad.
Aun así, la constancia sigue siendo el gran reto. Los entrenadores coinciden en que el entusiasmo inicial se diluye rápido. “Llegan con ganas, pero al no ver resultados inmediatos, algunos desaparecen en pocas semanas”, comenta Juan López, responsable de una sala de musculación. Según dice, existe un patrón: alta motivación al inicio, un mes de asistencia frecuente y, después, abandono.
Los horarios también muestran una clara tendencia: las mañanas se mantienen activas gracias a los jóvenes que entrenan temprano para después disfrutar del día, mientras que las tardes y noches han perdido gran parte de su afluencia. “Las clases colectivas de última hora están medio vacías”, reconoce López.
A pesar de las olas de calor, el crossfit y el entrenamiento de fuerza parecen resistir mejor la deserción estival. “Hay un interés creciente por levantar pesas, y eso es lo que está manteniendo vivos los gimnasios este verano”, apuntan desde un centro especializado.
El fenómeno, aseguran, podría repetirse en los próximos años si se consolida esta nueva “moda fit” entre los veinteañeros, que ya no esperan a septiembre para empezar con los buenos propósitos.
El gimnasio tampoco entiende de arrugas: veteranos de más de 80 desafían la edad con pesas y rutinas fitness
En plena era del culto al cuerpo, cada vez más personas mayores pisan la sala de musculación y demuestran que la fuerza no es solo cosa de jóvenes.
En un gimnasio de A Coruña, las mancuernas no distinguen entre la mano de un veinteañero y la de alguien que supera las ocho décadas. Allí, varios veteranos han decidido que la edad no sea un obstáculo para mantenerse activos y fuertes.
Uno de ellos es Manuel Fariña, de 82 años, que entrena tres veces por semana y no se pierde su sesión de press de banca. “Lo hago por salud, pero también porque me gusta superarme. Si me quedo en casa, me oxido”, afirma con una sonrisa mientras ajusta el peso de la barra.
En la misma sala, María Luisa —80 años recién cumplidos— combina máquinas de fuerza con ejercicios de equilibrio. Hace dos años apenas podía subir escaleras sin pararse; hoy sube los tres pisos de su casa sin esfuerzo. “Esto me ha devuelto libertad. Antes necesitaba ayuda para muchas cosas, ahora me valgo por mí misma”, cuenta orgullosa.
Los entrenadores del centro coinciden: la clave está en adaptar los ejercicios y mantener la constancia. “Muchos creen que levantar pesas a su edad es peligroso, pero con supervisión adecuada es todo lo contrario: mejora la movilidad, la densidad ósea y la energía”, explica Laura Castro, preparadora física.
Además de las pesas, actividades como el pilates, la natación o el yoga están ganando terreno entre los mayores, quienes valoran no solo la fuerza, sino la flexibilidad y la estabilidad. “Aquí no buscamos récords, buscamos calidad de vida”, apunta Castro.
Lejos de la imagen de jubilados sedentarios, estos veteranos se han convertido en inspiración para sus compañeros más jóvenes. Y como dice Manuel, ajustándose los guantes antes de un nuevo levantamiento: “La edad está en la cabeza, no en los músculos”.